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22 ene 2008

Hasta pronto, amiga

El sábado 19 de enero, en horas de la madrugada, se quedó dormida Delia Martinez.
Fue nuestra amiga y hermana en Cristo. Integraba este Grupo de Oración Intercesora.

Alegre, dinámica, luchadora. Enfermera de vocación profunda, hizo del servicio al prójimo la razón de su existencia. Siempre preocupada por las necesidades de los pobres y de su Iglesia, lideró por años el Departamento de Dorcas (asiste con ropas y alimentos a los necesitados). Dedicó los últimos 17 años de su vida, junto a su esposo, ha albergar y cuidar con amor a ancianitos ya en estado term¡nal.
Su profunda fe en la oración y en el poder de Dios para restaurar la vida la llevó a interceder por propios y ajenos.
¡Y el Señor la escuchó! Hace pocas semanas vio con inmensa alegría como una de sus hijas descendía a las aguas del bautismo, entregándose a Cristo.

Solía pedirle a Jesús el morir serenamente, sin tener que sufrir los deterioros propios de la edad muy avanzada, que ella conocía tanto. ¡Y también esto le concedió nuestro Padre!
El pasado sábado se levantó a las 4 de la madrugada para darle la medicación y arropar a una ancianita. Volvió a su cama para seguir durmiendo. Y allí quedó. Su esposo descubrió a las 7 de la mañana que ya no despertaría. ¡Como lo pidió! Sin dolor, serenamente, en la plenitud de sus 69 años.
¡Alabado sea Dios que le permitió servir a su prójimo hasta pocos minutos antes de su muerte!
Nos duele la separación pero nos consuelan las promesas del Señor. Sabemos que, con la Segunda Venida de Cristo, el día de la resurrección de los justos, habrá un reencuentro.
Su sonrisa permanente y su mirada tierna nos acompañarán siempre.
"...Bienaventurados de aquí en adelante
los muertos que mueren en el Señor.
Sí, dice el Señor,
descansarán de sus trabajos,
porque su sobras con ellos siguen."
Apocalipsis 14:13