"Clama a mi y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes." Jeremías 33: 3
Aunque la respuesta tardare un poco, espérala porque sin duda vendrá y no tardará. Realmente es una parte muy difícil para todos nosotros, el esperar la respuesta de Dios. Cuando estamos clamando, quisiéramos que inmediatamente Dios descendiera, que alguien llegara a nuestra casa y nos dijera: He aquí dice el Señor, no te preocupes, yo estoy contigo, aquí está lo de la deuda, aquí está la sanidad de tu hijo, vas a estar en armonía con tu esposa…y así quisiéramos que fuese casi instantáneo, pero ocurre que algunas veces no es así. Aunque la respuesta tardare, ESPERALA. Es difícil, porque algunos pueden aconsejarnos a que esperemos, que tengamos fe, pero sólo el que está esperando una respuesta de parte de Dios sabe la agonía que es vivir esperando. Uno puede decir, no, hermano, espere, usted no puede sucumbir, pero sólo el que esta pasando hambre sabe lo que cuesta esperar un plato de comida.
La respuesta de Dios es uno de los anhelos más grandes que tiene el ser humano. Muchas veces hay gente que ni siquiera puede participar en la alabanza de los cultos porque está amargada con Dios solamente porque El no ha respondido en el momento que ellos han querido, y no sólo están amargados, sino que muchos están decepcionados de Dios, y vienen amargados a cumplir, dentro de ellos saben que una vez esperaron, pero como no llegó al tiempo de ellos la respuesta, dicen: aquí estoy, me sujeto, cumplo; pero en realidad es una sujeción disfrazada. Como cuando al comienzo del matrimonio la mujer se sujeta, pero por dentro está renegando, porque le cuesta sujetarse por amor. Algunos no participan en el avivamiento porque están amargados, decepcionados porque hace mucho tiempo, algo pasó en ellos, pusieron una petición delante del Señor, y no se cumplió en el momento que ellos querían.
Salmos 37:07…Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia;....
En muchas ocasiones clamamos a Dios y no llega la respuesta, y vemos que otro que no está cerca de Dios ni siquiera clama, pide y le llega inmediatamente. El ingrediente que aquí nos muestra el Señor, que debemos tener, es guardar silencio, porque aun el enemigo va a hacer que a este otro se le conceda, por su mano, su petición, sólo para molestarnos a nosotros, y como somos tan orgullosos, comenzamos a decirle al Señor, que dudamos de ser sus hijos y le recordamos a Dios, todas nuestras obras, como para decirle que no merecemos esperar tanto para que El nos conceda las peticiones de nuestro corazón. Todos, en algún momento de la vida, hemos tenido que esperar una respuesta, y realmente la espera es dura, larga y difícil de sobrellevar, y es ahí, cuando nos empezamos a decepcionar en nuestro interior.
Pero recuerda que esperar es un acto de fe y, finalmente, ¿a qué somos llamados? A crecer en fe....
Dios les bendiga a todos y que podamos ejercitar la fe y... ¡¡¡Esperar en Dios!!!
Mi saludo fraternal y mi deseo de bendiciones para el 2008,
Patricia Pulido
